miércoles, octubre 17, 2007

 

Leyendas sobre los Dioses de la Puerta

Los visitantes que llegan a los templos chinos son recibidos en la entrada por gigantescas figuras del folklore chino pintadas en las puertas.
A primera vista, los llamados dioses chinos de la puerta se parecen a los ángeles de la guarda pintados en las paredes de las catedrales que muestran historias del cristianismo. Sin embargo, mirando de cerca se observa que las deidades de los templos no tienen los ojos serenos ni la mirada de compasión de los santos occidentales.
Los dioses de la puerta de los templos miran con ojos temibles y blanden espadas o hachas en actitud de ataque. Y existe una buena razón por esta pose amenazadora. Según el folklore chino, las figuras intimidantes protegen los predios del templo al ahuyentar a los malos espíritus.
Los dioses de la puerta han sido un adorno popular en los templos chinos desde tiempos remotos. Incluso así, si se le pregunta a un ciudadano taiwanés acerca de ellos, la respuesta reflejará lo sorprendentemente poco que conoce sobre las historias de estas imágenes tradicionales, por más familiares que parezcan.
Muchas personas no tienen idea acerca del origen de los dioses de la puerta. El tema de los dioses chinos de la puerta es complejo e interesante. La veneración hacia los dioses de la puerta en la sociedad china tiene sus raíces en el concepto prehistórico del panteísmo. El hombre primitivo creía que cada lugar y entidad -cada camino, cerro, ventana y entrada- tenía una deidad gobernante. Hay que hacer sacrificios a estos dioses durante ciertos momentos específicos del año para implorar por sus favores.
La popularización de los dioses de la puerta también tiene que ver con el temor del pueblo chino de antes hacia los fantasmas. Se creía que las enfermedades y otras desdichas eran obra de los fantasmas. Pero se pensaba que una mera puerta no era suficiente para mantener fuera a los espíritus, y se colocaron imágenes de deidades protectoras en las entradas para asegurar la paz espiritual.
Los dioses de la puerta en los primeros días eran dibujados en planchas hechas de madera del melocotonero. La razón de ésto se remonta a la historia de Shen Su y Yu Lu, dos "cazadores de fantasmas" chinos de los tiempos prehistóricos.
Según la leyenda, Shen Su y Yu Lu capturaron una banda de fantasmas malignos bajo un melocotonero en el Monte Tushuo. Los dos hermanos enjuiciaron a los fantasmas y descubrieron que eran culpables de hacer daños a los humanos. Como castigo, los espíritus del mal fueron arrojados a un tigre hambriento.
Al enterarse de este heroíco gesto, el legendario emperador Huang Ti decretó que el semblante de Shen Su y Yu Lu debería ser dibujado en planchas de madera de melocotonero y colocado en las entradas para alejar a los espíritus malévolos. Desde entonces, los chinos adoptaron la costumbre de colocar imágenes frescas de los dioses de la puerta durante el Año Nuevo Lunar.
La leyenda de los dos heroícos hermanos ha sido registrada en el libro de la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.) Feng Su Tung Yi ("Sobre las costumbres folclóricas"), escrito por Ying Shao. Esto demuestra que para ese período Shen Su y Yu Lu ya habían sido deificados.
Pero, tal vez los dioses de la puerta más conocidos en la sociedad china son Chin Chiung y Yu-Chih Kung, dos guerreros que ayudaron al emperador Tai-tsung de la dinastía Tang (618-907) a construir su imperio.
Según Viaje a Occidente, una novela de la dinastía Ming (1368- 1644) escrita por Wu Cheng-en, el Emperador había asesinado a muchas personas para llegar al trono. Entre sus víctimas estaban sus propios hermanos. Atormentado por un sentimiento de culpa, el Emperador comenzó a escuchar aullidos y gemidos horripilantes de fantasmas fuera de la recámara de su palacio por la noche. No pudo dormir.
Pero cuando los dos generales, Chin y Yu-Chih, se presentaron como voluntarios para hacer guardia afuera de la entrada del palacio, cesaron los ruidos extraños y el Emperador ya no se sintió embrujado. Preocupado de que los diligentes oficiales pudieran quedarse dormidos durante su larga guardia, el Emperador ordenó que se colgaran retratos de ellos en la entrada. Las pinturas actuaron de la misma forma que los centinelas reales.
Hasta el día de hoy, los retratos de Chin y Yu-Chih pueden ser vistos en las puertas de los templos dedicados a deidades taoístas. Chin es representando generalmente como un guerrero más joven y de buen semblante; Yu-Chih tiene típicamente una cara oscura y larga barba.
En los tiempos de antes, solamente las familias chinas ricas y poderosas podían darse el lujo de contratar artistas para pintar las deidades en sus puertas. Sin embargo, la gente común no podía quedar sin protección. Los campesinos improvisaron colocando una escoba de color claro y un pedazo de carbón negro fuera de sus puertas para representar a Chin y Yu-Chih, respectivamente.
No fue sino hasta el advenimiento de la imprenta en bloques de madera en la dinastía Sung (960-1297) que la gente común pudo adquirir representaciones artísticas de las deidades para sus puertas. La tecnología de la imprenta en bloques de madera hizo que fuera posible reproducir impresos del dios de la puerta en grandes cantidades y a precios accesibles.

Wei Tuo y Chieh Lan, Dioses de la Puerta del Budismo

Con el tiempo, esos impresos se convirtieron en populares decoraciones del Año Nuevo chino. Conforme crecía la demanda por los impresos, surgieron nuevos motivos creativos y apareció una vasta familia de dioses de la puerta. Algunos campesinos incluso se dedicaron a trabajar en esta artesanía.
El sentimiento de la libertad es uno de los atractivos del arte folklórico. Muchos artistas de los bloques de madera eran campesinos que hacían los impresos para ganar dinero extra después de terminar con las faenas de la cosecha. Ellos jugaron con los motivos y colores que les parecían más interesantes.
El resultado de esta creatividad fue la aparición de un amplio surtido de motivos en los impresos en bloque de madera de los dioses de la puerta. Entre las imágenes populares se encuentran dos funcionarios públicos que generalmente son considerados como una pareja apta para las puertas dobles. Se les representa sosteniendo objetos de buena suerte en sus manos, tales como un sombrero oficial chino, una copa de vino, o inclusive un venado.
Muchos objetos han sido escogidos como motivos de los impresos en bloques de madera debido principalmente a que sus nombres son homófonos de conceptos que simbolizan buen augurio.
Las diversas bendiciones impartidas por los diferentes caracteres muestran que las funciones de los dioses de la puerta se han expandido gradualmente de la expulsión de los demonios a promesas de riqueza, longevidad y felicidad.
Hoy, la selección de un dios de la puerta no puede usarse en forma indiscriminada ya que se cree que cada personaje tiene poderes diferentes. Por ejemplo, las imágenes de los dioses infantes de la puerta son aptas para las recámaras de los recién casados, mientras que la del dios buey de la puerta es apropiada para los establos.
Generalmente hablando, los dioses de la puerta usados en templos budistas son diferentes a aquéllos de los templos taoístas. En los templos budistas, los dioses de la puerta más comúnmente vistos son Wei Tuo y Chieh Lan, dos guardianes del Estado Bendito del Iluminado. Los cuatro Grandes Señores o Dioses Celestiales del Budismo se encuentran a sus costados, cada uno de ellos sosteniendo ya sea un instrumento musical, una espada, una sombrilla o una serpiente.
En los templos taoístas, tales como aquéllos dedicados a Matsu, diosa del mar, los personajes más populares que se pintan en las entradas son el Dios del Ojo de Mil Millas y el Dios del Oído de Viento.
Pero, no todos los templos chinos están adornados con dioses de la puerta. Por ejemplo, aquéllos dedicados a Confucio no tienen imágenes de personas en sus entradas. Esto tal vez tiene que ver con el hecho de que el Gran Sabio no habló acerca de la superstición, las deidades o los demonios.

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