sábado, abril 09, 2005
Hanuman, el Dios Mono
Hanuman, el Dios Mono
Hanuman, el poderoso Dios Mono, es venerado por los hindúes, quienes creen que es uno de los diez avatares (encarnaciones) de Vishnu. Encontramos su actuación estelar en la famosa obra de la literatura clásica de India, el Ramayana, donde ayuda a Rama, una de las deidades más populares dentro del panteón hindú, en su expedición en contra de las fuerzas del mal lideradas por el malvado Ravana.
Existen varias leyendas que explican por qué la deidad tiene forma de mono. Una de ella narra que Vrihaspati, preceptor de los dioses, tenía una sirvienta llamada Punjikastala. Debido a una querella, ella recibió la maldición de quedar convertida en mona, y sólo recobraría su forma si daba a luz a una encarnación de Siva. Al renacer como Anjana, ella tuvo una vida de gran austeridad y sacrificio en honor a Siva, quien finalmente se compadeció de ella y aceptó ayudarla a deshacerse de su maleficio.
En una ocasión, mientras Agni, el Dios del Fuego, le daba un plato de dulces sagrados a Dasarath, rey de Ayodhya, para que los repartiera entre sus esposas con el fin de que tuvieran niños divinos, se acercó un águila y robó uno de los pasteles y lo soltó en las manos de Anjana mientras ella meditaba. Ella comió el postre divino y dió a luz a Hanuman. Así, Siva encarnó en Anjana, adoptando la forma de un mono y contando con la bendición de Pavana, el Dios del Viento, quien se convirtió en el abuelo de Hanuman. Su nacimiento liberó a su madre del embrujo y decidió retornar al paraíso. Antes de su partida, le reveló al pequeño Hanuman que sería inmortal y que su alimento sería frutas maduras y brillantes como el sol.
Siendo niño, fue aceptado por Suria, el Dios Sol, como discípulo y le enseñó los sutras. El extraordinario poder de concentración de Hanuman hizo que pudiera memorizar los sutras en tan sólo 60 horas.
Estando Rama y su hermano, Lakshmana, exiliados en el bosque, se encuentran con Hanuman y le cuentan acerca del rapto de Sita, la hermosa esposa de Rama. Ella fue secuestrada por Ravana. Después que Rama revela su identidad como príncipe de Ayodhya, Hanuman se postra ante él para demostrar su respeto por el Señor. Rama lo levanta y lo abraza. Desde ese momento, comienza la relación inseparable entre Hanuman y Rama, que está inmortalizada en el Ramayana de Walmiki.
Hanuman presenta a Rama a Sugriva, su hermano mono que residía en el bosque donde estaban los dos héroes, y este último junta su ejército de simios para ayudar a Rama a rescatar a su amada Sita. Hanuman y Rama, junto con un poderoso ejército de monos, llegan a Lanka, donde se encontraba el reino del malvado Ravana. Nuestros héroes entablan una fiera batalla contra los demonios bajo el mando de Ravana y finalmente logran matar a Ravana y exterminar a todos los demonios. Rama vuelve a reunirse con Sita, y desde entonces, Hanuman queda eternamente al servicio de su único amo, Rama.
La venerable deidad en forma de simio también aparece la otra gran obra épica de la literatura clásica de India, el Mahabharata. En esta ocasión, Hanuman se encuentra con Bhima, uno de los hermanos Pandava y lo reconoce como su hermano espiritual, ya que ambos habían nacido bajo la bendición del Dios del Viento, Pavana. El Dios Mono promete ayudar a los Pandava en la gran batalla de Kurukshetra. Hanuman se integra al ejército y ayuda a los hermanos a alcanzar la victoria.
El legendario Hanuman también aparece las mitología china y japonesa. En China, Hanuman aparece en Sun Wu-kung, el Dios-Mono que junto con Chu Pa-chie (el hombre con cara de cerdo), acompaña al monje Hsuan-tsang (también conocido como Tripitaka) en su viaje a la India para conseguir los sutras originales del budismo en la famosa obra clásica de la literatura china Viaje a Occidente. Su figura en la mitología china es la de una deidad traviesa y tramposa, así como la del fiel y leal servidor. Sun Wu-kung es uno de los personajes más favoritos de la ópera china y su aparición en el escenario imparte una explosiva fiesta acrobática en cualquier obra que se presente.
La característica más notable de Hanuman, es la de poder cambiar de forma a voluntad. Un poema hindú lo describe como sigue:
Cuando quiere,
su forma es inmensa como una montaña
y alta como una torre colosal.
Su tez es amarilla
y resplandece cuan oro derretido,
espectáculo maravilloso
cuando le da por saltar
de un sitio a otro;
su enorme cola es tan larga
que resulta difícil ver la punta.
Ruge como el trueno,
vuela entre las nubes
con un ruido ensordecedor e
inquieta la superficie del mar
cuando pasa a toda velocidad.
Hanuman logró coordinar el pensamiento, la palabra y la acción. Por lo tanto, se le distingue particularmente por su gran fuerza física, estabilidad mental y carácter virtuoso. También se le considera un erudito que domina las seis escuelas de gramática, los cuatro Vedas y los seis Shastras. El Dios Mono no se jacta de lo mucho que sabía; es la expresión misma de la humildad, nacida de una genuina sinceridad y sabiduría. Hanuman considera que el principio de Rama ilumina a todo ser, y consecuentemente lo adoraba por encima de todas las cosas. La visión de Rama eliminó todos sus pecados, el hecho de tocarlo consumió todas las consecuencias de sus actos en vidas pasadas, y su conversación inundó su mente de alegría. Eso es un reflejo de la experiencia de todos los que reciben la gracia de la Divinidad.
Hanuman representa la habilidad de saltar –gracias a la intensidad de nuestra devoción– donde antes sólo pudimos caminar. Hanuman nos recuerda que podemos liberarnos a nosotros mismos de nuestras pequeñas caídas, de nuestra estrechez, nuestras circunstancias triviales.
En la actualidad, Hanuman sigue siendo adorado no sólo en India, sino también en toda Asia. Es considerado protector de los enamorados, símbolo de la lealtad, valor, fidelidad, abnegación y amistad. Su imagen puede ser vista en casi todas las instituciones oficiales de India, desde la policía y el ejército hasta la casa de los que dedican su existencia al servicio de los demás.
Etiquetas: Brahmanismo, China, India, religion