sábado, junio 17, 2006

 

Pao-sheng Ta-ti: el protector de la vida

Pao-Sheng Ta-ti

En muchos templos de Taiwan, una de las deidades taoístas más veneradas es Pao-Sheng Ta-ti. A pesar que tal vez no sea tan popular como Matsu, la Diosa del Mar; o Kuanyin, la Diosa de la Misericordia, poca gente en la isla desconoce su existencia. En especial cuando surge algún brote epidémico que amenaza la salud del pueblo.

Pao-sheng Ta-ti, nombre de la deidad protectora de la salud, cuya traducción literal al castellano es "Gran Emperador que Preserva la Vida", fue un mortal antes de ser elevado a la categoría divina. Pao-sheng Ta-ti también es conocido en Taiwan con los apelativos Ta-tao Kung (Señor del Gran Principio) y Wu Chen-jen (Verdadero Caballero Wu).

Su nombre real era Wu Tao y nació el 15 del tercer mes lunar del cuarto año del reinado Taitsung de la dinastía Sung (979 d. C.) en el distrito de Tung-an, prefectura de Chuanchow, provincia de Fukien (Fujian). Posteriormente, adoptó el nombre de Wu Hua-chih. Se dice que durante su infancia, Wu fue un niño bastante precoz que aprendía con suma facilidad y podía memorizar los largos capítulos de los libros canónigos chinos con rapidez.

Wu Tao fue un joven dotado con un carácter muy especial. Desde muy temprana edad, leyó libros sobre astrología, topografía, ritos, música y administración de la Justicia. Pero su interés principal se concentró en la medicina. A los 17 años, descubrió la vía para alcanzar la verdadera auto-iluminación. El aprobó los exámenes civiles y fue designado funcionario de la censura imperial.

Muy pronto descubrió que el cargo público no era lo que le interesaba realmente, así que prefirió irse a las montañas y convertirse en un ermitaño, donde continuó su autopreparación y cultivando su naturaleza interna con famosos maestros de su época.

Al retirarse del servicio civil, se dedicó de lleno al estudio de la medicina y a ayudar a su prójimo. Era vegetariano y estuvo soltero durante toda su vida. Su interés por la medicina surgió desde temprana edad, al ver a sus padres fallecer a consecuencia de una epidemia en el pueblo.

La pérdida de sus padres hizo que tomara la determinación de ser médico y prometió que curaría a cualquier enfermo, fuese rico o pobre.

En 1032, una gran sequía azotó Chuanchow y Wu Tao se ganó la admiración popular al predecir que llegaría un enorme cargamento de granos para mitigar la hambruna que reinaba.

Al año siguiente, brotó una terrible epidemia en su tierra natal, y en esta oportunidad, Wu ofreció el remedio para curar a todos los que habían caído enfermos.

Wu murió en 1036, en Paichiao, prefectura de Changchow, a la edad de 58 años de edad. Poco después de su muerte, la gente de su pueblo natal construyó un templo en su honor. "Templo de Wu, el Verdadero Caballero" fue el nombre que le dieron los aldeaños al templo.

Su título oficial, Pao-sheng Ta-ti, fue otorgado por decreto imperial durante el reinado del emperador Yunglo (1403-1425). La tradición oral dice que la madre del Emperador padecía de una enfermedad incurable y fue salvada por Wu Tao, quien se apareció en el Palacio disfrazado como un monje taoísta que ofrecía sus servicios como médico. Después de curar a la madre del Emperador, la deidad se remontó al Cielo.

  Parte de los 36 generales que escoltan a Pao-Sheng Ta-ti

Agradecido, el Emperador ordenó que el templo construido en su honor fuese reconstruido al estilo de un gran palacio y le otorgó el siguiente título: "Censor del Palacio que ha ascendido al Cielo. Verdadero Señor de la Vía Milagrosa de la Salvación por la Compasión, el eterno y poderoso Gran Señor que preserva la Vida".

A través de los siglos, aumentó el número de templos dedicados a esta deidad, así como la cantidad de milagros que se atribuyen a él. De esta manera, Pao-sheng Ta-ti se convirtió en el patrono de los médicos y las personas que trabajan en el área de la salud.

Los templos en su honor deben ofrecer los servicios de un oráculo médico que diagnostica las enfermedades de los devotos y les recomienda tratamientos alternos. En los templos más grandes, este oráculo incluso está dividido en secciones tales como medicina general, cirugía, pediatría, medicina interna, etc.

Entre las múltiples leyendas que ha popularizado la tradición popular se encuentran diversas versiones acerca de su nacimiento. Una de ellas narra que su madre tuvo una inmaculada concepción, ella soñó que se había tragado una tortuga blanca y tuvo al niño sin haber pasado por el parto.

A diferencias de muchas deidades taoístas, que suelen ser representadas montando un brioso corcel, Pao-sheng es a veces presentado montado sobre un tigre, que es conocido como el Señor Tigre o General Tigre Negro. Debajo del altar donde se encuentra la imagen de la deidad protectora de la salud también se suele encontrar una imagen del tigre.

La presencia de este feroz animal carnívoro también corresponde a una interesante leyenda. En una ocasión que Wu Tao fue al bosque a recolectar plantas medicinales, se encontró con un tigre que lo interceptó en el camino. El animal le indicó que se sentía muy mal y que tenía un dolor en la garganta que no le permitía rugir.

Wu le pidió que abriera su boca para examinarlo. Al abrir sus fauces, el médico pudo ver que la bestia tenía una peineta de mujer insertada en el fondo de su enorme garganta.

Por este indicio, Wu Tao supo que el tigre se había comido a una desdichada mujer recientemente y le propuso un trato al animal. Wu le dijo que lo curaría con la condición que prometiera no comer más seres humanos. El tigre accedió, y Wu le sacó la peineta y curó a la bestia. En agradecimiento, el tigre decidió seguir a su salvador y protegerlo para siempre. Posteriormente, el animal fue promovido al rango divino de Señor.

La leyenda también indica que la práctica médica de Wu Tao fue altamente perfeccionada cuando la Reina de Occidente, una deidad taoísta, lo orientó hacia el Estanque de Jaspe, le enseñó cómo derrotar a todos los demonios y malos espíritus, y le entregó un raro y precioso tratado de medicina que desconocían todos los doctores de su época.

Otro episodio corrobora la anterior leyenda. La tradición popular dice que la Reina de Occidente le entregó también una espada mágica. En cierta ocasión, una suprema deidad taoísta le pidió prestada su espada para combatir unos demonios muy poderosos y como garantía, dejó a su cargo 36 sirvientes en calidad de rehenes humanos para asegurar la devolución del arma mágica.

La deidad venció con facilidad a sus terribles adversarios y decidió quedarse con la espada. En consecuencia, los 36 sirvientes quedaron bajo el mando de Wu Tao.

En vida, estos ayudantes atendieron fielmente a su amo. Posteriormente, ellos fueron elevados a la categoría de generales divinos y se suele colocar las imágenes de estas deidades menores en las dos paredes laterales de la nave principal de los templos dedicados a Pao-sheng Ta-ti.

En otra anécdota legendaria, Wu mostró sus poderes milagrosos cuando le trajeron un montón de huesos de un joven que había sido recientemente devorado por un tigre. El armó un esqueleto con los huesos y le untó una pomada con las cenizas de amuletos de papel quemados. Tras recitar una oración, el fallecido fue reencarnado.

En una antigua gaceta publicada en Taiwan durante la dinastía Ching (1644-1911) se encuentra la siguiente descripción de la deidad: "Cuando Wu creció, sus destrezas médicas eran profundas. Su ambición fue ser ministro de todo el mundo y sus prescripciones siempre fueron sorprendentemente eficaces. Las personas dentro y fuera del pueblo comenzaron a llamarlo dios."

El culto hacia Pao-sheng Ta-ti en Taiwan se remonta a la llegada de los primeros inmigrantes provenientes del distrito de Tung-an. En la actualidad, la deidad es venerada también en su nativa provincia de Fukien, China continental; así como en las comunidades chinas en el Sudeste Asiático.

Cuando llegaron los primeros inmigrantes a Taiwan, tuvieron que enfrentarse a numerosos peligros, incluyendo tribus aborígenes hostiles, toda clase de alimañas y muchas enfermedades incurables. Como no habían muchos médicos en la isla y el estado sanitario de las primeras poblaciones dejaba mucho que desear, a los colonos recién llegados no les quedaba otra alternativa que implorar a Pao-sheng Ta-ti. De esta manera, surgieron los primeros templos en su honor.

Actualmente, existen más de 200 templos dedicados a la deidad protectora de la salud en Taiwan, la mayoría de ellos ubicados en los distritos sureños de Tainan, Chiayi y Kaohsiung. El más grande de ellos se encuentra en Talungtung, uno de los sectores más antiguos de la ciudad de Taipei.

Este templo es también uno de los sitios taoístas más característicos de la ciudad. Denominado Templo Pao-an, el mismo tiene más de 260 años de existencia. Recientemente fue totalmente restaurado para realzar su elegante porte arquitectónico.

La popularidad de la deidad en Taiwan no ha disminuido a pesar de la modernidad que se ha apoderado rápidamente de la isla, especialmente durante los recientes brotes epidémicos de enterovirus y síndrome respiratorio agudo severo. Tal vez, la intervención oportuna de Pao-sheng Ta-ti ha evitado la propagación de estas enfermedades y ha ayudado a un control más efectivo por las autoridades de salud. Al fin y al cabo, él es su patrono y protector.

Etiquetas: , , ,


viernes, junio 02, 2006

 

Bhaisajyaguru: el Buda de la Medicina

En muchos templos budistas chinos encontramos en el altar principal un trío de imágenes de budas sentados, aparentemente iguales. Es necesario observar en forma más minuciosa para descubrir que existen ciertos pequeños detalles que las diferencian entre sí. Los mismos radican en la posición de las manos y los objetos que puedan llevar consigo.

Generalmente, estos tres budas se encuentran colocados de derecha a izquierda en el siguiente orden: Bhaisajyaguru o el Buda de la Medicina, Sakyamuni o el Buda Histórico, y Amithaba o Buda de la Tierra Pura. En realidad, los tres budas pertenecen a la Tierra Pura, siendo Amithaba el Buda de la Tierra Pura Occidental, mientras que Bhaisajyaguru es el Buda de la Tierra Pura Oriental. En chino, se le conoce también informalmente como el "Buda que concede longevidad y mitiga el sufrimiento". Específicamente, se puede distinguir a Bhaisajyaguru por el tazón que lleva en su mano izquierda.

 Bhaisajyaguru,
el Buda de la Medicina


A Bhaisajyaguru se le suele representar como un buda de color azul, color que deriva del lapis lazuli, la piedra azul con diminutas vetas doradas que ha estado asociada desde tiempos inmemoriales con la sanación de los enfermos. La relación entre esta piedra y la curación data del tiempo de los sumerios, asociada con la leyenda de la diosa Inanna (Ishtar), que desciende al Averno para resucitar a su hermano amante y retorna posteriormente. Ella llevaba un collar de lapis lazuli que la protegió contra todos los peligros del viaje a la Tierra de los Muertos y le permitió tomar los siete poderes de la curación.

En Taiwan, otra característica distintiva del Buda de la Medicina es que se encuentra siempre ubicado a la derecha cuando se encuentran juntas las estatuas de los tres Budas mencionados. La Tierra Pura del Buda de la Medicina se encuentra a miles de años luz al este de nuestro Mundo actual, por esa razón, se coloca su imagen a la derecha de la Sagrada Trilogía.

El Buda de la Medicina tiene sus orígenes en el budismo Mahayana, siendo muy popular la devoción hacia él. Según la tradición Mahayana, existen una infinidad de budas, bodhisattvas y otras deidades menores. Todos ellos representan los diversos aspectos de la naturaleza absoluta de Buda, tales como la compasión, el poder y la vacuidad. El Buda de la Medicina recoge el aspecto de la sanación de los enfermos.

El poder curativo de la deidad es abarcador, cubriendo los campos físico, psicológico y espiritual del paciente. La devoción hacia Bhaisajyaguru está más orientada a su poder como dispensador de la medicina espiritual, que dentro de la filosofía budista, acuerpa a todos los otros tratamientos para el recobro de la salud.

Bhaisajyaguru es conocido en chino como Yaoshi-fo, que literalmente quiere decir "Buda Maestro en Medicina". En Japón, se le denomina Yakushi; mientras que los tibetanos lo invocan con el nombre de Sangye Menla. Según la tradición popular, la recitación del Sutra del Buda de la Medicina, o la simple mención de su sagrado nombre es beneficioso para la salud.

La expansión del budismo Mayahana por China, Corea, Japón y los países del Sudeste Asiático tuvo un efecto positivo para la salud pública en general. Dentro de los monasterios budistas, o a través de los esfuerzos de los monjes, pronto aparecieron hospitales, centros para leprosos y dispensarios populares. Con el patrocinio abierto de la religión, tales instituciones no tuvieron mayores dificultades en obtener fondos, ya que los devotos hacían generosas contribuciones para demostrar su espíritu de compasión hacia el prójimo.

Desde la dinastía Chin Oriental (317-420), se comenzó la devoción hacia el Buda de la Medicina en China. El Bhaisajyaraja Sutra o Sutra del Buda de la Medicina fue traducido al idioma chino en esa época, con una completa relación de la deidad, su Paraíso y sus Doce Grandes Promesas.

Esta versión original fue reemplazada más tarde en términos de popularidad por la traducción hecha posteriormente por el maestro Tripitaka Hsuan Tsang, el monje de la dinastía Tang (618-907) que fue inmortalizado en la famosa obra literaria Viaje a Occidente. Esta versión más reciente se denomina Sutra del Maestro de la Curación (Bhaisajyaguru Vaidurya Prabhasa Tathagata), y es uno de los libros sagrados del budismo más ampliamente leído en el día de hoy.

Después de alcanzar la iluminación, Bhaisajyaguru descubrió que existen tres venenos que obtaculizan la realización de nuestro verdadero potencial. Esos tres venenos son: la ignorancia, el apego y la agresión. Estas tres condiciones enturbian nuestro pensamiento y nublan nuestra vista, por lo tanto, no logramos comprender a cabalidad lo que ocurre alrededor nuestro ni logramos descubrir los verdaderos recursos que tenemos en nuestras manos.

En consecuencia, Bhaisajyaguru ha sido venerado como un dispensador de la medicina espiritual que puede curar los males espirituales, psicológicos y físicos.

Entre las doce promesas del Buda de la Medicina sobresale aquélla donde la deidad afirma que otorgará la cura a todo aquel creyente que invoque su santo nombre o sencillamente piense en él. Las doce promesas que hizo Bhaisajyaguru se refieren a su deseo de iluminar, beneficiar, curar y brindar prosperidad a todos los seres humanos, así como describir los beneficios de recordar y suplicar su ayuda.

Con esta restringida apreciación de lo que ocurre y lo que disponemos, concebimos planes muy superficiales y pensamos en una forma muy restringida. Cuando presenciamos que nuestros planes no funcionan o descubrimos que alguien se interpone en nuestras acciones, entramos en la desesperación, la ira y la indignación.

Ese ciclo vicioso tiende a agravarse a medida que nuestros subsecuentes planes fracasan o no logran materializarse como deseamos. Finalmente, tenemos una vida miserable, espiritualmente hablando, ya que al final de nuestra efímera existencia, veremos que no hemos hecho nada significativo. El apego a las riquezas materiales ha cegado nuestro poder para interpretar y descubrir las grandes riquezas espirituales, que superan y acuerpan todas las materiales.

En el plano filosófico, estas tres condiciones nos hacen caer en religiones y cosmovisiones que se distinguen por su búsqueda vaga del eternalismo o nihilismo. En la vida diaria, estas condiciones se expresan en la forma de la preferencia por amigos, comida, ocupación o lo que sea. Son la fuente de nuestros problemas, ya sean espirituales, emocionales o físicos.

El ser humano está expuesto a una serie de enfermedades que generalmente no afectan a los otros seres vivientes, siendo algunas de ellas la arrogancia, el egoísmo, el odio, la desesperación y la desconfianza. En muchas instancias, estos males degeneran en el apego, que a su vez, produce cambios fisiológicos en el cuerpo humano a consecuencia de la incapacidad o el exceso de capacidad para satisfacer los deseos materiales. Finalmente, los desajustes fisiológicos se manifiestan en los males físicos que solemos describir como "enfermedades".

Desafortunadamente, la medicina moderna tiende por lo general a ignorar esa fuente inicial de nuestros quebrantos de salud, y procura sólo curar el malestar físico que nos aflige. Nuestras percepciones erradas causan problemas, nuestros problemas mentales degeneran en malestares físicos. Si deseamos un mejor entorno de vida, es menester iniciar la cura de nuestras enfermedades mentales, para alcanzar finalmente una mejor salud física.

El Buda de la Medicina es posiblemente el mejor ejemplo de la fusión de la medicina y la religión en el budismo. Es menester tener en cuenta que los mayores filósofos y santos del budismo Mahayana eran, al mismo tiempo, grandes médicos que escribieron importantes tratados de medicina.

De hecho, dentro de la tradición del budismo tibetano, todos los conocimientos médicos tienen un origen sagrado y se les pueden atribuir a la sabiduría de los Bodhisattvas. Esto difiere en gran manera de la tradición occidental basada en el legado de Hipócrates.

Siguiendo los preceptos budistas, lo ideal sería que un doctor practicase la compasión en todo momento, y fuese equitativo con todos los seres vivientes. También es menester que perfeccione sus conocimientos y habilidades, por su propio bien, y que siempre tenga en mente que un médico es un representante del Buda de la Medicina y del sagrado linaje de la enseñanza médica. En consecuencia, Bhaisajyaguru constituye el más alto modelo que deben emular los doctores de nuestros días.

Pero, el Buda de la Medicina no es venerado solamente debido a sus poderes curativos. En vez, Bhaisajyaguru debe convertirse en el ideal de la naturaleza de Buda que debemos aspirar a alcanzar cada uno de nosotros. Esta iluminación, que nos ayudaría a liberarnos del sufrimiento físico y mental, se logra a través de la meditación en torno al Buda de la Medicina, de manera que se pueda generar una enorme energía curativa para uno mismo y para la curación de los otros.

La medicina espiritual sugiere las prácticas de meditación, contemplación y oraciones, y en algunas sectas budistas, llega a incluir exorcismos, donde la participación activa del paciente resulta ser una clave esencial para su curación.

A pesar de su gran popularidad, son muy escasos los templos exclusivamente dedicados al Buda de la Medicina. Los fieles que desean adorarle deben generalmente recurrir a un templo donde se encuentre su imagen. En Taiwan, se le suele encontrar en un trío, como se mencionó anteriormente, junto con los Budas Sakyamuni y Amitabha.

En los templos con un altar mayor dedicado al Buda de la Medicina, éste aparece sosteniendo el tazón con su mano izquierda, y va acompañado por dos de sus más prominentes discípulos, los Bodhisattvas del "Brillo del Sol" y el "Brillo de la Luna".

Etiquetas: , , , ,


This page is powered by Blogger. Isn't yours?